miércoles, 28 de julio de 2010

Ante todo: ¿qué entendemos por "costumbre"?, ¿por qué son importantes para nuestro país?
Una costumbre es una práctica social arraigada. Cuando los hábitos se extienden hacia un grupo social amplio, se convierten en costumbres. Así, nos encontramos con muchas cosas que hacemos durante toda la vida, sin siquiera conocer la razón que las sostiene en el tiempo. Las costumbres que se traspasan de generación en generación reciben el nombre de "tradiciones".

Aquí o allá los uruguayos llevamos en nuestro corazón ciertas costumbres bien nuestras, que forman parte de nuestra identidad, por eso ni la distancia ni los años han podido con ellas. El mate, el asado, el truco, el carnaval, las tortas fritas, el dulce de leche y el tango, forman parte de ese folklore uruguayo. Son costumbres sencillas, a las cuales nos aferramos sin darnos cuenta, pero a la distancia las miramos con cierta melancolía, sentimiento muy nuestro, ya lo dice Jaime Ross: “En mi alegría se esconde siempre un lagrimón, se que todo termina”, reflejo de nuestra forma de pensar y de sentir.
Aunque quienes estamos aquí muchas veces no añoramos estos pequeños detalles que hacen a nuestro diario vivir, el uruguayo que ya no vive en el país al oír hablar de alguna de estas entrañables costumbres “se le pianta un lagrimón”, porque son tradiciones que lleva en lo más profundo de su corazón pese a la lejanía. Y es así que al escuchar el himno, una murga o un candombe se estremece y lo canta muy fuerte, con mucho sentimiento. Si bien la distancia permite superar muchas cosas, la identidad forma parte del sentir uruguayo, y eso no hay distancia que valga, aquí o allá seguiremos siendo todos uruguayos.
Cada pueblo, cada nación, cada cultura se mantiene fuerte, se mantiene unida si practica y vive sus tradiciones. Que no son algo fijo ni estático, sino que también debe ir cambiando con los tiempos. Y la base de la IDENTIDAD, lo que nos define como comunidad, son las tradiciones y costumbres, los valores colectivos que las sustentan.

martes, 27 de julio de 2010

Mi ciudad: Salto



Calle principal de la ciudad de Salto. Es una costumbre salteña de los sábados a la noche, pasear por calle Uruguay y sentarse a comer en algún restaurant. La calle intenta ser un reflejo de las antiguas calles coloniales, con sus faros, y adoquines.





En la zona de las termas del Dayman se encuentra Acuamanía, el primer parque acuático con aguas termales de Sudamércia.
Su diseño y construcción fue realizada por las empresas que diseñaron los parques de Disney y Wet'n Wild.

Termas del Daymán:
Las termas Daymán están ubicadas a 10 minutos del centro de la ciudad de Salto sobre la ruta 3 en el Km. 487 y a 440 Km. de Bs. As., con una infraestructura de hoteles, bungalows, cabañas, apart-hotel y moteles, restaurantes, canchas de paddle y tenis, 10 piscinas de varias temperaturas, con una máxima de 44º C, la mayor temperatura en aguas termales en Uruguay.Su poder terapéutico proviene de la combinación de calor y salinidad. Además cuenta con el Complejo Hidrotermal Daymán, una institución de alto nivel científico y ético.







viernes, 23 de julio de 2010






"Contrariamente a lo que sucede con ciudades de otra parte y larga historia, donde espacios y edificios hablan por sí mismos, Montevideo adquiere su forma definitiva en nuestro interior: es como un modelo para armar que requiere una actitud cómplice y una atención amorosa. Su espacio físico genera reacciones que no pasan por la admiración arrobada sino por el afecto concentrado y porfiado de sus afectos, según cuentan y han contado montevideanos que han andado por el mundo, añorándola a la distancia. Montevideo, en suma, no es materia para la guía, le sienta mejor el diario de confidencias o la escritura íntima de una carta, en la que se entreveran los sentimminetos" Jorge Burel, "Montevideo de puño y letra", 1992

URUGUAYOS INCOHERENTES DE AMÉRICA Y EL MUNDO

Somos raros, o por lo menos somos distintos a unos cuantos.
Me refiero a los uruguayos.
Está claro que tenemos costumbres que nos distinguen: perfil bajo, pocos gritos, no muy fanáticos de las ocho horas, más bien humildes, de llegar tarde a todos lados, de poca memoria y muchos perdones, todos directores técnicos y votantes de cualquiera, menos del que esté de turno defraudándonos.
Esperamos la llegada del domingo y no sabemos bien qué hacer con él cuando aparece. Inventamos el “domilunes”, esa “tardecita-noche” parecida a un velatorio nacional.
Hace muchos años queríamos que nuestros hijos fueran doctores o maestras. Más adelante nos gustó que fueran bancarios. Después quisimos tener un kiosco, o cualquier comercio que estuviera de moda. Así llenamos de clubes de video y canchas de pádel las ciudades de nuestro país. Al tiempo transformamos las canchas de pádel en gimnasios y en viveros, y a los clubes de video los volvimos cibercafés.
Somos distintos. Para nosotros el año empieza cuando llega el último ciclista. No sé si no sería bueno armar el pinito de Navidad en Semana Santa, y mandarnos tarjetas deseándonos “próspero año nuevo” a partir de abril.
Somos distintos. Matemáticamente siempre tenemos la chance intacta para entrar a ese lugar donde ya está el resto del mundo.
Nos prometemos los cambios para después del fin de semana: la dieta, dejar el cigarro, correr, no perder más el tiempo en cosas que no lo merecen. En fin, somos uruguayos. Por lo tanto incoherentes. Y no sólo porque tenemos un Penal de Libertad, un Arroyo Seco, un Cerro Chato, y un Estadio Charrúa en medio del Parque Rivera.
Somos incoherentes por mucho más que eso. Veamos:
¡En Cerro Colorado ganaron los Blancos y en la Blanqueada el Frente!
Las llamadas retumban en Durazno, Melo y en San Carlos. ¡Pero no hay llamadas en Tambores!
El paseo para niños más importante de este país se llama Villa Dolores, y la edificación más grande del Uruguay la hizo un tipo de apellido Scasso.
¿Cómo entender que una plaza que se llama Cagancha no tenga baño?
¿Cómo entender que la Organización del Fútbol del Interior (OFI) sesione en Montevideo?
Sinceramente, resulta difícil explicar que en Punta del Este los pobres vivan en un barrio de nombre J.F. Kennedy y los ricos en el Cantegril.
¿Alguien me puede explicar cómo es posible que los montevideanos cada vez que vienen al interior digan que van para afuera?
¿Cómo es posible que el único boxeador que llegó a pelear con Alí sea Evangelista? ¿Cómo es posible que Picasso nade, y de las Carreras escriba?
Cómo entender que Aguas Dulces tenga solo agua salada, que Progreso descienda, que por Tarariras no pase ningún río, que después de La Paz vengan Las Piedras, que los duraznos sean de Canelones, y que en la Isla de Flores no haya ni siquiera un cartucho. Que los Treinta y tres orientales hayan sido como cuarenta, o que un húngaro nos hizo el himno.
Sí, es entendible. Después de todo vivimos en un país que ni nombre tiene. Sólo sabemos que nuestra república está al oriente de un río llamado Uruguay. Definitivamente somos una manga de incoherentes. Por donde nos busquen.
Por ejemplo, veamos un poquito la política uruguaya:
No es necesario ser un atento observador para darse cuenta de que Rubio no sólo que no es rubio sino que, como si fuera poco, es calvo.
¡Blanco es colorado! Iglesias no va a misa. Pita no fuma. Platero era un sindicalista inteligente, Ache no tiene hache, Obispo no tomó la comunión, y a la ley para despenalizar el aborto Tabaré la hizo abortar.
En cualquier tema sucede lo mismo. La banda que gusta más se llama “No te va a gustar”. El escudo de Florida dice “Libertad y Progreso”. Pero Libertad está en San José y Progreso en Canelones. El Fata Delgado está cada vez más gordo. El músico que anda más clarito es el Negro Rada. Carrero anda en auto. Pepe Guerra es un tipo tranquilo.
Peinado no tiene un pelo. Bueno es malo, Casal es uno solo, Carrasco es del campo, y Del Campo es de la ciudad. Hornos es un jugador frío, Rocha es de Salto, Bizera juega sin nada en la cabeza, Peña es de Nacional, y a Gesto no se le mueve un solo músculo de la cara.
¿Tienen idea de cómo se llama la Escuela Nacional de Vitivinicultura?
Bien, supongamos que no tuviera nombre y nosotros le tuviéramos que poner uno. Pensemos…
¿Escuela de Vitivinicultura? ¿Escuela de Vitivinicultura, Calidad y Estilo? No, no se llama así. ¿Estirpe y excelencia? Nooo, tampoco.
La escuela de Vitivinicultura de este país dependiente del Consejo de Educación Técnico Profesional.
La escuela de Vitivinicultura del Uruguay, pilar del conocimiento del proceso de producción de vino, soporte del desarrollo de los vinos de nuestro país, se llama: Tomás Berreta.

Marciano Durán

La querencia olvidada de Juan José Morosoli

El caballo estaba muy viejo. No servía más y el hombre lo lanzó al camino. Entonces comenzó su marcha lenta. En un pastoreo de portera abierta, entró. Comprendía que era libre. Pero la libertad sin destino, no tiene valor. En el atardecer levantó la cabeza hacia los astros. Aspiró los vientos. Buscaba en las luces lejanas y en los vientos viajeros la querencia olvidada. Al amanecer comenzó a marchar hacia su infancia. La libertad tenía un destino.
Después de muchas jornadas comprendió que su querencia estaba muy lejana.
Caminaba lentamente. A veces una dulce pereza le tendía en los bordes de las aguadas llenas de árboles. Otras, se detenía en el camino, mirando sus hermanos prisioneros, tras los alambrados.
Una mañana le costó andar.
En la tarde un cuervo negro apareció junto a la estrella de los troperos, la que ordena recomenzar la marcha.
Desde ese día viajó en la noche.
Pero en el amanecer, cuando se apagaba la última estrella surgía desde la distancia celeste el cuervo viajero.
Un día comenzó a volar hacia la tarde que estaba a espaldas de la querencia del caballo.
Pero surgió otro cuervo. Y cuando éste se cansó y voló hacia atrás llegó otro. En cada jornada había un cuervo que quería ir hacia la infancia del caballo.
Ahora ya volaban casi sobre el viajero lento y lo angustiaban los descansos largos, pues él, les veía las garras y el pico con sangre.
Esta vez se quedó estirado y feliz en el campo, cerca del agua.
Antes de dormirse recordó que en su querencia, hacia donde iba ahora, no había cuervos sino pequeños pájaros de color.