viernes, 23 de julio de 2010






"Contrariamente a lo que sucede con ciudades de otra parte y larga historia, donde espacios y edificios hablan por sí mismos, Montevideo adquiere su forma definitiva en nuestro interior: es como un modelo para armar que requiere una actitud cómplice y una atención amorosa. Su espacio físico genera reacciones que no pasan por la admiración arrobada sino por el afecto concentrado y porfiado de sus afectos, según cuentan y han contado montevideanos que han andado por el mundo, añorándola a la distancia. Montevideo, en suma, no es materia para la guía, le sienta mejor el diario de confidencias o la escritura íntima de una carta, en la que se entreveran los sentimminetos" Jorge Burel, "Montevideo de puño y letra", 1992

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