

El que ceba se toma el primer mate y el último mate.
Nadie puede tomar menos de dos mates.
Tenés que escuchar cuando el agua cae en la yerba. ¿A qué te lleva eso, pensando ahora? Al silencio, que obliga a escuchar. El que habla es el que tiene el mate. Que hace que no abuses de la palabra, que no hable durante el tiempo de otros.
Sentarse en rueda, que haya fuego en el medio, que se vaya a tratar un tema, que se empiece un mate, que hablen los que tienen el mate.
Y que al final se haga toda una ronda en silencio. No habla nadie para que halen los ausentes. El último mate da toda la vuelta y no habla nadie. Para ver si quieren hablar los ausentes.
Miguel Angel Pereira Perez
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